BLANCO Y EN BOTELLA
3. La calle es nuestra / Kalea gurea da
Cuando algunos que corrían delante de los “grises” se
pusieron detrás, los pintaron de marrón para echarlos a la calle.
La calle era un lugar donde queríamos vivir. Ocupábamos los
bares, las plazas, alguna casa vacía, sin ser terroristas.
La policía nunca preguntaba, todo era el enemigo.
Durante las cargas, con mucha frecuencia, se desalojaban
bares, pasillo de culatas en la puerta
incluido.
Aquella noche, en el “Primi” de Iruña, escapé por
centímetros del golpe. El de atrás, no.
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